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Habla un aviador
Habla un aviador
de la República
de la República
Juan Lario Sánchez va ser pilot durant la Guerra Civil i va
arribar al grau de capità i segon cap d’esquadrilla. Va néixer
a Madrid l’any 1918 i després de la guerra va estar en dife-
rents camps de concentració, el 1939 va passar a l’alesho-
res URSS i va intervenir a la Segona Guerra Mundial. L’any
1957 va tornar a l’Estat espanyol. Aquest veterà pilot va
escriure una novel·la titulada Habla un aviador de la
República que va ser publicada per l’editorial madrileña
Gregorio del Toro l’any 1973. L’historiador cassanenc,
Francesc Xavier Morales, fa uns anys va ser qui va comuni-
car a l’arxiu que a casa seva hi havia aquesta novel·la en que
el poble de Cassà de la Selva és el protagonista al llarg d’u-
nes quantes pàgines. Seguidament reproduïm alguns dels
fragments més significatius de la novel·la pel que fa referèn-
cia a Cassà de la Selva.
“Llegó el día 22 cuando las exigencias de las operaciones nos PLECS
obligaron a trasladarnos a un pintoresco pueblecito llamado
Cassá de la Selva, enclavado al pie de la sierra de las Gabarras
a unos 20 kilómetros al sur de Gerona.
De no despreciable amplitud y favorecido por la cercana línea
férrea que se dirige hacia Gerona aparentaba poseer una
prosperidad destacada reflejada en sus lindezas pueblerinas.
Portada del llibre autobiogràfic de Juan Lario Sánchez. (Francesc X. Morales)
Eludiendo el tráfico interior, la carretera tangencial unificaba
la costa con la capital gerundese, cediendo a la plaza tranqui-
lidad absoluta por donde holgaban algunos cientos de ex ma Nochebuena, con abundancia de comida y bebida, pensan-
combatientes internacionales en espera de la salida de do quizá que la tradición veríase truncada por tiempo indefi-
España. nido. También en aquella amplia sala se celebró un caluroso
Para el alojamiento del personal volante se eligió una esplén- acto de confraternización y despedida en honor de la men-
dida casa , situada en lugar privilegiado de la plaza, de cuyos cionada agrupación de internacionales.
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dueños nada se sabía. Con nuestra llegada, anterior a los Nuestra estancia en Cassá de la Selva, durante el tiempo
internacionales, fue rota la forzada monotonía en que se libre, transcurría plácidamente después de la agitada e inten-
encontraba sumergido el bello sexo. El amplio casino, aban- sa jornada de lucha aérea.
donado por falta de clientela masculina, vióse activado con El aeródromo donde nos encontrábamos emplazados dista-
baile cotidiano donde el pasodoble se alternaba con la sarda- ba no más de 3 kilómetros del pueblo. Simplemente era un
na y el tango con el fox-trot. En este local celebramos la últi- estrecho prado donde se construyó con urgencia una caseta
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